Transforma tu día con movimiento regular
Incorpora pausas activas cada 2 horas y descubre cómo pequeños cambios pueden hacer una gran diferencia en tu bienestar diario.
Comienza Ahora
Incorpora pausas activas cada 2 horas y descubre cómo pequeños cambios pueden hacer una gran diferencia en tu bienestar diario.
Comienza Ahora
Las pausas regulares ayudan a mantener la concentración y mejoran el rendimiento durante toda la jornada.
Cambiar de posición regularmente ayuda a mantener una postura adecuada y reduce la tensión muscular.
El movimiento activa la circulación y proporciona un impulso natural de energía para continuar el día.
Los cambios de ambiente y posición estimulan nuevas perspectivas y soluciones creativas.
Establece alarmas cada 2 horas para recordarte que es momento de levantarte y moverte.
Mantén una botella de agua cerca y aprovecha para rellenarla como excusa para levantarte.
Incorpora movimientos suaves que puedas hacer incluso en espacios reducidos.
Alterna entre trabajar sentado y de pie, o cambia de ubicación cuando sea posible.
Transforma tus reuniones cortas en sesiones de pie. Esto no solo promueve el movimiento sino que también suele hacer que las reuniones sean más eficientes y dinámicas.
Dedica algunas de tus pausas a dar un breve paseo. Incluso cinco minutos de caminata pueden revitalizar tu mente y cuerpo.
Organiza tu entorno para fomentar el movimiento, con diferentes áreas para trabajar sentado y de pie, y mantén los elementos de uso frecuente a cierta distancia.
Establece momentos en los que todo el equipo realice breves sesiones de estiramiento. La motivación grupal ayuda a mantener el hábito.
Las pausas pueden ser breves, entre 3 y 5 minutos son suficientes para obtener beneficios. Lo importante es la regularidad más que la duración.
Incluso pequeños movimientos en tu lugar pueden ser beneficiosos. Estirar los brazos, rotar los hombros o cambiar de posición mientras estás sentado también cuenta como movimiento.
Además de alarmas, puedes asociar el movimiento con hábitos existentes, como levantarte después de cada llamada o reunión, o cada vez que termines una tarea específica.
Ambos enfoques tienen sus beneficios. Lo ideal es combinar sesiones de ejercicio regular con movimientos frecuentes a lo largo del día para mantener un estilo de vida activo.
